San Expedito, santo valeroso y protector de las causas urgentes y difíciles, acudo a ti con humildad y fe. Hoy, más que nunca, necesito tu poderosa intercesión en mi vida. Libérame, te suplico, de la mala suerte y del malestar que me rodean. Rompe las cadenas que me atan a la adversidad y guía mis pasos hacia un futuro lleno de esperanza y luz. Sufro por la falta de un empleo estable, la ausencia de amor en mi vida, y la sensación de que todo me sale mal. Me encuentro rodeado de soledad, con pocos amigos y un vacío en mi corazón. Abre las puertas que han estado cerradas y permite que la prosperidad y la abundancia fluyan en mi vida. Llena mi hogar y mi corazón de bienestar, y haz que la buena fortuna sea mi compañera constante. Ayúdame a encontrar un trabajo digno, a atraer el amor verdadero, a mejorar mis relaciones y a sentirme rodeado de afecto y apoyo. San Expedito, en ti confío y a ti me encomiendo. Sé mi guía y mi protector, y ayúdame a superar cada obstáculo que se presente en mi camino. Con tu ayuda divina, sé que podré alcanzar la paz, la felicidad y la plenitud que tanto anhelo. Permíteme encontrar soluciones a mis problemas financieros, superar mis temores y preocupaciones, y vivir una vida llena de alegría y prosperidad. Amén.